Siempre he pensado que nuestro sistema de enseñanza está pensado desde la razón dejando un poco de lado lo emocional y lo creativo. Además, creo firmemente en que no tienen por qué ser incompatibles.
He aquí el ejemplo. Se trata de una escuela totalmente atípica en Suecia diseñada por la arquitecta Rosan Bosch en la que se apuesta por desarrollar la independencia de los niños y la creatividad.
Un claro ejemplo de que la arquitectura puede cambiar no sólo los hábitos, sino las costumbres de las personas!
un entorno creativo...
...donde desarrollar la imaginación
¿Qué os ha parecido la escuela?
¡Se aceptan opiniones!